Anuncio de Dave Schankweiler

Cada vez que se oyen balazos en las calles de Harrisburg—alguien aguanta la respiración—el reloj
se detiene—y las vidas se cambian para siempre. Es una historia que les ha pasado una y otra vez a
víctimas con piel negro y moreno y sus familias.

Cada vez que alguien le ruega al propietario de la casa que le dé un mes más para pagar la renta—
que le ofrezca un poco de ayuda financiera—o que brinde una reparación necesaria—una reacción en
cadena de la inseguridad empieza. Aquí mismo, en Harrisburg.

Y cada vez que el sueño de un niño desaparece por causa de la violencia, el abuso, o los retos de la
vida en casa—los sueños de la graduación y un futuro de esperanza se desaparecen. Es la realidad
para casi la mitad de los jóvenes de esta ciudad.

Esa es la realidad cuando la ciudad no trabaja para el bien de todos—cuando vives en uno de los
vecindarios de Harrisburg que no reciben subvención gubernamental o no ven las celebraciones de
apertura de negocios o no reciben la atención que tanto se necesita.

Pero para otros, las noticias son buenas. El futuro es brillante. Casi parece que la otra parte de
la ciudad no existe, y no es culpa de ellos para nada. Están haciendo su parte para que la ciudad
prospere.

En algunas partes de Harrisburg, los departamentos se rentan tan rápido que pueden cuando se
ponen en el mercado. Las casas se venden casi inmediatamente. Las calles están seguras y limpias.
Todo esto es bueno. Es emocionante. Mi esposa Donna y yo regresamos a Harrisburg porque
queríamos ser parte de la fábrica de esta ciudad y de su potencial creciente.

Pero en los 24 vecindarios que componen esta ciudad capital, casi puedes ver las líneas invisibles
que dividen las partes sanas de las partes enfermas—las partes seguras de las inseguras. Así ha sido
por años, ¿verdad? Y no se mejora. Es una realidad tácita que manzanas completas son vistas como
lugares desagradables o indignos de una inversión.

¿Pero sabes qué? Los vecindarios de que hablo son algunas de las mejores partes de Harrisburg.
Son calles donde las familias han trabajado duro para mantener sus casas en buenas condiciones—a
pesar de dueños ausentes y demasiado frecuentemente los alcaldes ausentes.

Es aquí donde encontrarás una generación de migrantes quienes, después de huir de sus patrias
atribuladas, llegaron aquí, aprendieron el inglés, y empezaron a experimentar lo que realmente
significa vivir en este país.

Es aquí donde encontrarás a familias multiculturales—algunas de las personas más hospitalarias que
jamás conocerás—y quienes sirven comida extraordinaria—trayéndonos gozo y cultura de sus países
de origen. Al no visitar estos vecindarios, la gente no puede ver que en cada manzana de esta ciudad
viven personas con el potencial de cambiar la ciudad.

Este es lo que yo veo, y lo que he oído de cientos de vecinos que contestaron una simple encuesta
de 10 preguntas que publiqué el 1 de Diciembre. He ido de casa a casa con mi encuesta y he tenido
muchas conversaciones inspiradoras.

Les pregunté qué pensaban sobre sus vecindarios.

Les pregunté si se sentían seguros, si la ciudad respondía a sus necesidades, y si podían depender de
los servicios brindados por el gobierno.

Les pregunté si creían que este era un buen lugar para criar una familia o hacer crecer una idea.

Yo quería saber si se sentían bienvenidos en Harrisburg—como Donna y yo nos sentíamos cuando
empezamos un negocio aquí hace tres décadas, cuando invertimos en esta ciudad y cuando
proveímos empleo a mas de 150 personas.

Y después les hice esta pregunta: “¿Qué harías si fueras alcalde aquí para los siguientes 4 años? ¿Qué
pondrías en primer lugar de la lista de prioridades?

Quisiera tener tiempo para enseñarte todas sus respuestas, pero aquí hay algunas:

“Detengan los disparos. Uno tiene que sentirse seguro antes de que cualquier otra cosa se puede
cambiar.” Yo quiero “mas policía en mi vecindario.” “Detengan la violencia armada.”

“Arreglen las escuelas.” Una y otra vez se mencionó. Hagan que las escuelas funcionen para todos.

Necesitamos empleo. Buenos empleos para que podamos proveer para nuestras familias. Queremos
que la ciudad les dé la bienvenida a los nuevos negocios—no rechazarlos.

Lo que sigue es una buena respuesta. Queremos “una comunidad”—una comunidad que valora a
cada ciudadano de cada manzana.

Arreglen las aceras. Quiten la basura. Ayúdennos con viviendas accesibles y mejores rutas de camion.
Queremos más espacio verde, mas espacio abierto.

Cada una de estas encuestas representa a un ciudadano. Un ciudadano cuya voz no se ha oído y
cuyas preocupaciones muchas veces han sido ignoradas enteramente.

Ves, yo hice algo que parece que los políticos casi nunca hacen—jamás. Yo quería escuchar antes de
pedirles su voto. Yo quería saber exactamente qué es lo que los residentes de Harrisburg esperan
del liderazgo de su ciudad. Yo hice estas gran preguntas porque no creo que sea suficiente darle a
la gente un mapa de la ciudad y un marcador y decirle: esta es “la buena parte de Harrisburg” pero
quédate lejos de estas otras partes.

Tenemos que cambiar esa realidad.

No podemos tener una ciudad que funciona para algunos residentes pero para otros, no.

No podemos tener algunas calles que tienen buena iluminación, buenos servicios, y mucha policía,
pero otras que no.

No podemos tener a algunos estudiantes con la libertad de cruzar un puente a un ambiente educativo
seguro mientras otros no tienen la garantía de una caminata segura a su escuela en la mañana.

Yo apoyo la innovación en la educación. A veces la competición es buena. Pero también tenemos
que apoyar el sistema de educación pública que—para la mayoría de familias—es la única opción
disponible.

Como uno de los fundadores y el primer presidente voluntario de la Universidad de Harrisburg,
hicimos algo tan audaz que la gente sigue sin creer que sucedió, y muchos ni siquiera lo saben. Si
te gradúas de una escuela publica de Harrisburg—tienes el derecho a una educación universitaria
a un precio muy bajo y alcanzable. Esto hace que la educación superior sea alcanzable para cada
estudiante. Aquí mismo en Harrisburg.

En mi experiencia, mi escuela publica, mi iglesia, y mi vecindario eran los lugares en donde mucho de
mi carácter fue formado. Y quiero que cada niño y niña de la ciudad tenga el mismo fundamento para
la vida que yo tenía.

¿Qué tenemos que hacer, entonces, para cambiar esa realidad para miles de familias de Harrisburg?
Es una pregunta que tengo tiempo preguntándome a mí mismo. ¿Qué puedo hacer yo? He respondido
a esta pregunta con una decisión.

Me estoy postulando para la nominación del partido Democrático de Alcalde de la ciudad de
Harrisburg, y te estoy pidiendo que te postules conmigo—a ser mi compañero en una campaña
diferente. Una campaña positiva y optimista, pero fundada en la realidad. Una campaña que no se
trata de una sola persona, pero de cientos de buenas ideas—ideas que vienen de gente como tu—que
solo necesitan apoyo para que las ideas sean realidad.

Como Alcalde, la gran pregunta que voy a hacer es: “¿Estás dispuesto a ser un buen vecino?

Si dices que sí, y quieres ser parte de una ciudad vibrante, abierta, creciente, e inclusiva, necesitamos
tu ayuda para hacer que esta ciudad funcione para todos.

Antes de cerrar, déjame poner algunas grandes metas sobre la mesa—que vienen de mis
pensamientos, las encuestas, y los ejemplos de otras grandes ciudades alrededor del país.

Le estoy llamando mi agenda para Harrisburg: “Déjalo brillar! Construyendo una Ciudad que
Funciona.”

En mi plan, presento el camino para terminar la cultura de crimen violento en Harrisburg. Por eso,
estoy haciendo que mi primera prioridad sea una llamada urgente a llevar a cabo una Cumbre de
Acción sobre la Prevención de Violencia para Toda la Ciudad. Todos los sueños y planes que tenemos
para nuestros hijos en esta ciudad no sucederán si el peso y la realidad del temor siguen reinando en
nuestras calles.

Por eso, mi agenda presenta caminos para cerrar la brecha de confianza entre vecinos y la policía
mientras fortalecemos la moral de los buenos profesionales del orden público.

Por eso, estoy poniendo un desafío para mejorar la seguridad alrededor de las escuelas de la ciudad
para que la experiencia de salir de la casa en las mañanas y regresar al hogar en las tardes sea una
de las mejores memorias de la niñez.

Por eso, me comprometo a crear la Oficina de Emprendimiento y Crecimiento de Pequeños Negocios
para Minorías para ayudar a una generación de soñadores a encontrar su camino con el apoyo, los
recursos, y el mentoreo de personas y una ciudad que creen en ellos.

Pero también les reto a los negocios y los empresarios a explorar las partes de Harrisburg que van
mas allá que Midtown y Downtown para que consideren las calles donde tanta de la vida de la ciudad
ya se está viviendo y donde hay pocas oportunidades de trabajo.

Este es un plan que confronta los retos inmediatos, tales como la seguridad, las viviendas accesibles,
e la indigencia—desafíos que nos han afectado por los últimos 15 años. Cuando los resolvamos, al fin,
se pondrá Harrisburg en una posición a soñar en grande de nuevo.

Hay mucho más en mi plan—la puedes leer en DaveforHBG.org.

Mira, el plan es ambicioso. Pero si no soñamos, planeamos, ejecutamos, y entregamos resultados—los
próximos cuatro años se verán mucho cómo los últimos 15.

Yo no le he pedido permiso a nadie para postularme (excepto la bendición de Donna y nuestros hijos)

No me postulo contra nadie.

No me controla nadie.

Estoy orgulloso de haberme convertido al Partido Democrático, pero no me importa etiquetar a
personas o juzgarlas por cualquier otro estándar que él que mencioné hace unos minutos: ¿Estás
dispuesto a ser un buen vecino?

¿Estás dispuesto a ayudarnos a arreglar nuestra ciudad?

Yo sé que yo—como muchos de ustedes—ya estoy harto. Estoy harto de la vieja política y las
promesas que nunca se cumplen. No estoy haciendo esto para ser un politico.

Estoy participando en esto porque amo esta ciudad. Amo a la gente de esta ciudad. Pero me duele el
corazón ver lo que sucede en nuestras calles. Y odiaría que perdiéramos esta generación porque no
hicimos nada.

Yo creo que podemos darle la vuelta a esta ciudad. Hay muchísima oportunidad. Hagamos algo
nuevo. Acompáñame en daveforhbg.org.

Luchemos duro para hacer que Harrisburg sea una ciudad que trabaje por el bien de todos.